24/10/09

HUMEDALES: NOTA SOBRE MEDICIONES EN CAMPO

Notas sobre el estudio de Humedales

BREVE DESCRIPCIÓN

Los humedales son ecosistemas complejos y sensibles, caracterizados por un nivel freático en o próximo a la superficie del terreno durante una buena parte del año, por sus condiciones edáficas que difieren de las tierras altas adyacentes, y por una vegetación adaptada a condiciones de humedad. Los humedales se clasifican, por lo general, en función de su morfología y vegetación, y, en menor grado, por su hidrología. Aunque las definiciones varían, los siguientes tipos son ampliamente reconocidos: marismas costeras de agua dulce y agua salada; ciénagas (manglares, de matorrales y arboladas); pastizales húmedos, praderas y llanuras; y turberas (geoformas en las cuales se han acumulado sedimentos orgánicos a profundidades mayores a 30-50 cm, incluyendo lodazales, brezales, terrenos cenagosos, fangales y marjales.

La extensión areal, distribución y estructuras interna y superficial de un humedal pueden ser alteradas por muchos procesos, tales como deposición de sedimentos orgánicos e inorgánicos y erosión, paludización (expansión lateral), terrestrialización (colonización de aguas abiertas por comunidades vegetales de pantano), y una hidrología cambiante. En el caso de humedales costeros, también pueden resultar importantes la intrusión de agua salada y los cambios en el nivel del mar [ver: Nivel relativo del mar; Posición de la línea de costa].
Las relaciones hidrológicas juegan un rol clave en los procesos del ecosistema pantanoso y en la determinación de su estructura y crecimiento. Diferentes humedales tienen un hidroperíodo característico, o patrón estacional de niveles de agua, que define la elevación o descenso de los niveles de agua superficiales y subsuperficiales. Un geoindicador importante es el balance de agua de un humedal, el cual vincula los aportes de agua subterránea, el escurrimiento, la precipitación y las fuerzas físicas (viento, mareas) con las pérdidas por drenaje, recarga, evaporación y transpiración. Los cambios anuales o estacionales en la extensión de los niveles de agua afectan la biota superficial visible, los procesos de descomposición, las tasas de acumulación y las emisiones de gas. Tales cambios pueden producirse como respuesta a una variedad de factores externos como: fluctuaciones en las fuentes de agua (derivación de ríos, bombeo de aguas subterráneas), clima o usos de la tierra (tala de bosques). Las aguas que fluyen desde los humedales son químicamente distintas de las que fluyen hacia ellos, debido a una gran variedad de reacciones físicas y químicas tienen lugar a medida que el agua atraviesa materiales orgánicos, tales como turba, lo que provoca que ciertos elementos (por ejemplo los metales pesados) sean retenidos y otros (como los compuestos orgánicos disueltos, ácidos húmicos) sean movilizados.
Se podría establecer un línea base de las condiciones del humedal a través de estudios paleoecológicos, para así investigar si el humedal es estable en el presente o si evoluciona activamente y, si esto ocurre, en qué dirección y a qué velocidad.

SIGNIFICADO

Los humedales son áreas de alta productividad y diversidad biológicas. Proporcionan importantes ambientes para el hábitat silvestre y la recreación del hombre. Los humedales sirven de intermediarios entre procesos ambientales de pequeña y gran escala, modificando las zonas de desagüe aguas abajo. La carga de carbono disuelto de los humedales puede afectar la calidad de las aguas en las cuencas bajas, por ejemplo, por drenaje ácido. Los humedales pueden afectar la hidrología local al actuar como un filtro, reteniendo y almacenando metales pesados y otros contaminantes, como Hg, y sirviendo como amortiguador de crecidas y, en zonas costeras, como defensa contra las tormentas y control de la erosión.
Los humedales pueden actuar como un sumidero de carbono, almacenando carbono orgánico en sedimentos saturados. Incluso las turberas de lento desarrollo pueden retener entre 0,5 y 0,7 toneladas/hectárea/año de carbono. Los humedales también pueden ser una fuente de carbono cuando éste es liberado a través de la desgasificación durante los procesos de putrefacción, o tras el drenaje o la tala, como resultado de la oxidación o combustión. Globalmente, las turberas han pasado, en los últimos 200, años de sumideros a fuentes de carbono, principalmente debido a la explotación humana. Algunos modelos de cambio climático futuro sugieren que el descongelamiento de las turberas con permafrost, que ocurre en todas partes, debido al calentamiento climático puede acarrear mayores emisiones de gases de invernadero tales como el metano [ver: Actividad de los suelos congelados].

CAUSA HUMANA O NATURAL

Los humedales se desarrollan naturalmente como respuesta a las características morfológicas e hidrológicas del relieve. Su evolución puede ser afectada por factores externos tales como el cambio climático, procesos del paisaje (por ejemplo: erosión costera) o actividad humana (drenaje, canalización de ríos locales, extracción y retención de agua, tala de bosques). En algunas regiones del mundo, los humedales se están perdiendo de modo creciente debido al drenaje para propósitos agrícolas, asentamientos humanos o para cultivos comerciales.

AMBIENTE DONDE ES APLICABLE

Donde existen humedales.

SITIOS DE MONITOREO
Humedales individuales.

ESCALA ESPACIAL

De paisaje a mesoescala / regional.

MÉTODOS DE MEDICIÓN

Comparación de fotos aéreas, mapas, diagramas y reconocimientos de campo llevados a cabo en momentos diferentes. Los parámetros geológicos y biológicos mas importantes a ser monitoreados incluyen:
Extensión y distribución areal, incluyendo cambios en los límites del humedal (erosión, transgresión marina). Esto es particularmente importante en áreas escasamente habitadas, tales como pantanos costeros, donde los cambios en el oleaje de tormentas y las corrientes marinas pueden causar daños severos en una sola estación, y en los suelos congelados, donde el descongelamiento puede destruir geoformas de tundra costera o las turberas inundados, conduciendo a su colapso.
Distribución de la vegetación: cambios en la ubicación de una especie particular (indicador) o en la distribución de distintas comunidades de plantas dentro del humedal. Se deben construir transectas y planos permanentemente, para poder comparar fácilmente los datos y establecer tendencias temporales.
Morfología superficial (por ejemplo: desarrollo de montecillos y depresiones en un césped Sphagnum suave puede reflejar la perturbación del sistema humedal).
Estos parámetros pueden ser investigados, además, monitoreando:
Hidroperíodos, balances hídricos e hidroquímica: cambios en los niveles de agua y en la estacionalidad de los patrones de flujo, los cuales pueden ser monitoreados por medio de piezómetros, pozos y vertederos; variaciones en la química del agua que ingresa y egresa del sistema (salinidad, metales pesados) y que puede anunciar cambios significativos en la estructura y funcionamiento del humedal.
Tasas de acumulación: variaciones en las tasas de concentración de material orgánico y sedimentos (por ejemplo: debido al material aportado por tormentas en sitios costeros), o en la erosión de sitios deteriorados. Esto se establece ya sea definiendo un dato vertical estable y midiendo periódicamente la altura de la superficie del humedal, o por inferencia a partir de paleorregistros.

FRECUENCIA DE MEDICIÓN

Cada 5 a 10 años para la distribución, extensión y estructura; antes y después de las tormentas, alrededor de los humedales marinos. Para el balance hídrico y la hidroquímica, las mediciones iniciales deben hacerse semanal o mensualmente (con mayor frecuencia en tiempos de cambio rápido, como, por ejemplo, el deshielo en primavera) hasta que se hayan identificado las ocasiones y los parámetros importantes; luego, con menor frecuencia.

LIMITACIONES DE LOS DATOS Y DEL MONITOREO

Las variaciones anuales y estacionales en el sistema natural (por ejemplo: hidrología, vegetación) puede confundir la interpretación de los datos, especialmente donde se están usando fotos aéreas o imágenes satelitales. La medición del balance hídrico y la química de un humedal demanda una gran cantidad de tiempo y se requiere equipamiento costoso (por ejemplo: registradores automáticos de datos). Resulta difícil identificar y medir precisamente todas las fuentes de aporte y pérdida de agua hacia y desde el humedal, y son pocos los modelos satisfactorios que actualmente se encuentran disponibles. La separación del ruido de la señal es compleja, no existiendo algo así como un año típico. Además, la recopilación de datos insume tiempo y es una tarea muy laboriosa.

APLICACIONES AL PASADO Y AL FUTURO

Los humedales pueden suministrar importantes registros de los pasados cambios climáticos, hidrológicos y de vegetación, mediante la estratigrafía de polen y de diatomeas, estudios de acidificación, análisis isotópicos, etc. También ejercerían un profundo efecto sobre los ambientes futuros si se liberasen los materiales actualmente en ellos retenidos, tales como dióxido de carbono y metano. El registro paleoecológico puede suministrar las tendencias de partida que pueden usarse en el desarrollo de modelos para métodos futuros de manejo o gestión y para predecir las consecuencias del cambio ambiental.
ASPECTOS AMBIENTALES Y GEOLÓGICOS RELACIONADOS

El manejo de humedales en áreas intra-continentales y marítimas, la erosión y la deposición de sedimentos, la subsidencia de cuencas, la hidrología fluvial y subterránea, la retención y liberación de gases invernadero. Los suelos del humedal funcionan como sumideros de sulfatos, nitratos y sustancias tóxicas, tales como el Hg, que pueden ser liberados durante las inundaciones o períodos calurosos secos.

EVALUACIÓN GENERAL

Los humedales son de suma importancia para la agricultura, la biodiversidad, el cambio climático y las actividades humanas. Para estos sistemas son comunes los biondicadores, pero un mejor entendimiento de estos complejos ecosistemas también requerirá estudios de su registro paleo-ambiental y el monitoreo de su extensión, estructura, balance hídrico y química.


REFERENCIAS CLAVES

Berglund, B. E., 1986. Handbook of Holocene palaeoecology and palaeohydrology. New York: John Wiley.
Mitsch, W. J. & J. G. Gosselink, 1993. Wetlands. 2nd Edition. New York: Van Nostrand Reinhold.
Morton, R. A., 1996. Geoindicators of coastal wetlands and shorelines. In Berger, A. R. & W. J. Iams (eds). Geoindicators: Assessing rapid environmental changes in earth systems:193-216. Rotterdam: A. A. Balkema.
National Wetlands Working Group, 1988. Wetlands of Canada. Ecological Land Classification Series 24, Environment Canada, Ottawa.
van der Linden, W. J. M., S. A. P. L. Cloetingh, J. P. K. Kaaschieter, W. J. E. van de Graaff, J. Vandenberghe & J. A. M. van der Gun, 1989. Coastal lowlands - geology and geotechnology. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers.
Warner, B. & J. Bunting, 1996. Indicators of rapid environmental change in northern peatlands. In Berger, A. R. & W. J. Iams (eds). Geoindicators: Assessing rapid environmental changes in earth systems:221-232. Rotterdam: A. A. Balkema.

OTRAS FUENTES DE INFORMACIÓN

El ISRIC provee datos sobre los suelos pantanosos como parte de su base mundial de datos de suelos. Agencias ambientales, de recursos hídricos, de hidrología, fluviales y marítimas, servicios geológicos, IAH, Centro-A Mundial de Datos para la Paleoclimatología.

datos obtenidos del sitio http://www.lgt.lt

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