PROPUESTA GEOLOGICA-GEOMORFOLOGICA DE PROTECCION AMBIENTAL – PARROQUIA CHIGUARA, MUNICIPIO SUCRE, ESTADO MERIDA - VENEZUELA
FUNDACHIGUARA - PUEBLO DE CHIGUARA
COLABORACION DE:
OMAR GUERRERO, CARLOS FERRER, RIGUEY VALLADARES, GERARDO PINEDA Y ELIDES SULBARAN
ESCUELA DE INGENIERIA GEOLOGICA (ULA) - INSTITUTO DE GEOGRAFIA(ULA) - INPARQUES MERIDA.
CONDICIONES GEOLOGICAS Y GEOMORFOLOGICAS DE LA PARROQUIA CHIGUARA
En la parroquia Chiguará que forma parte del Municipio Sucre del
estado Mérida, se reconocen
afloramientos de rocas de edad Paleozoica (Asociación Tostos), litológicamente
corresponden a esquistos, filitas y cuarcitas verdosas. También se reconocen
rocas sedimentarias jurásicas (Formación La Quinta) que consiste de
conglomerados, areniscas, lutitas y limolitas de color rojizo. Y unidades
geológicas más recientes de edades cretácicas (formaciones Río Negro, Apón, Aguardiente,
Capacho, La Luna y Colón, Figura 1). Más hacia el N y NE del poblado de Chiguará,
se reconocen afloramientos de rocas tipo lutitas, areniscas, limolitas y
carbones, de edad terciaria representada por las formaciones Carbonera, León y Palmar.
Y finalmente, una cobertera cuaternaria, representada por abanicos aluviales y
depósitos fluvio-coluviales que cubren un gran parte de la Parroquia de
Chiguará y es donde se asientan la mayoría de actividades urbanas y
agropecuarias.
Las secuencias cretácicas más extensas en la zona, están
representadas por la Formación Aguardiente que consiste de areniscas de grano
grueso a fino, y en menor proporción lutitas y calizas, siendo el espesor
medido para esta unidad de 125 m. Y las
unidades geológicas que representan interés para la extracción y producción de
cemento están constituidas por La
Formación Capacho que consiste de calizas masivas de color gris frecuentemente
fosilíferas, con un espesor medido de 60 m., y la Formación La Luna compuesta
por calizas laminadas densas de color gris oscuro. El espesor medido para esta
unidad es de 100 m aproximadamente (Figura 1).
La Formación Colón son lutitas microfosilíferas de color gris oscuro a negro, piríticas y ocasionalmente calcáreas. Su parte basal la conforma un intervalo de rocas fosfáticas, denominado Miembro Tres Esquinas compuesto fosfato con glauconitas, piritas y abundantes restos orgánicos, con un espesor que oscila entre 1 y 3 m. La roca fosfática es de color gris oscuro y una textura granular. Su disposición es estratiforme y suprayace concordante y abruptamente a las rocas de la Formación La Luna, mientras que su contacto superior es concordante con las lutitas de la Formación Colón. El espesor medido para la Formación Colón es de 63 m.
La Formación Colón son lutitas microfosilíferas de color gris oscuro a negro, piríticas y ocasionalmente calcáreas. Su parte basal la conforma un intervalo de rocas fosfáticas, denominado Miembro Tres Esquinas compuesto fosfato con glauconitas, piritas y abundantes restos orgánicos, con un espesor que oscila entre 1 y 3 m. La roca fosfática es de color gris oscuro y una textura granular. Su disposición es estratiforme y suprayace concordante y abruptamente a las rocas de la Formación La Luna, mientras que su contacto superior es concordante con las lutitas de la Formación Colón. El espesor medido para la Formación Colón es de 63 m.
Las secuencias de edad terciaria y especialmente Paleógeno (formaciones Carbonera y León), aflora fundamentalmente hacia la parte nor-occidental de la zona de la Parroquia Chiguará, con espesores que van desde los 100 hasta los 150 m. Mientras que la secuencia Neógeno, está representada por la Formación Palmar, que consiste de areniscas de grano medio a fino con intercalaciones de lutitas y limolitas con restos de hojas. El espesor medido para esta unidad fue 300 m., Su contacto superior es transicional con la Formación Isnotú, formada por intercalación de areniscas de grano grueso localmente conglomeráticas y arcillosas, con lutitas arcillosas. El espesor medido para esta unidad es de 222 m. Estructuralmente zona está sometida a fuerzas compresivas en sentido NW-SE que producen fallamiento geológico intenso (Ponce y González, 1988).
Figura 1. Mapa geológico de la zona de Chiguará y alrededores, donde se muestra la distribución espacial de las unidades geológicas de interés para la producción de cemento, así como las microcuencas hidrográficas donde se extienden estas unidades
Las inspecciones técnicas realizadas a los sectores antes mencionados, permiten señalar que las distintas aldeas de la parroquia Chiguará, se emplazan en un área tectónicamente activa formada por el corredor de zona de fallas de Boconó, sobre afloramientos de roca caliza pertenecientes a las formaciones Capacho y La Luna (Figura 1), las cuales poseen extensiones importantes para ser considerados como un prospecto mineralógico, pero cuya calidad y cantidad del material de mena no está bien definida y cubicada. Considerando la localidad de la Roncona – Quizná, como posible sitio de extracción del material de caliza, se puede constatar que los afloramientos objeto de la explotación minera propuesta, se localizan en un área con alta fragilidad geo-ecológica, debido que constituyen las nacientes de agua de al menos cinco microcuencas hidrográficas (Figura1), de las cuales la más afectada corresponde con la microcuenca de la Roncona – Las Coloradas, y la cobertura vegetal original es garantía de la estabilidad climática y geológica de estos sectores. Y por otra parte, la intervención antropogénica afecta directamente en la merma de los recursos hídricos, necesario para el desarrollo de las actividades humana, agrícolas y pecuarias, debido a la afectación negativa sobre los sistemas de humedales actuales.
Por otra parte, la extracción de este recurso mineral requiere de técnicas geo-mineras a cielo abierto, es decir de la exposición y remoción de todo el material vegetal y de suelos que yacen sobre la roca de interés (caliza), por tal motivo, la exposición de este relieve montañoso con pendientes superiores a un 40% a fenómenos de climáticos, produce una elevada meteorización de la roca expuesta, la cual constituye un detonante de movimientos de masa con magnitudes significativas, debido a las vibraciones producidas por los explosivos del material, los cortes en taludes y el transporte de carga podrían generar remoción de los materiales lutítico – arcilloso, que se encuentran actualmente afectados por reptación progresiva, así como la reactivación de deslizamientos rotacionales en el área de influencia del proyecto (Ferrer, C, 1989). Otro hecho, no menos importante, está relacionado con las emisiones atmosféricas de polvo o partículas de arcillas emitidas en el proceso de extracción de la cantera durante el procesamiento y movilización de la materia rocosa comprometiendo la calidad del aire, cuya expansión dependerá de las direcciones y velocidades de los vientos y de la tecnología empleada.
RECURSO AGUA Y ESTIMACIÓN DE SU BALANCE HIDRICO
La provisión de agua
para el consumo humano (Tabla 1) y
animal en las aldeas y en el centro del
poblado capital (Chiguará), se ha hecho tradicionalmente de fuentes naturales,
principalmente de la Toma- Agua Montaña con torrentes que atravesando San
Antonio y el centro poblado, terminaban en La Playita y El Tejar,
complementadas con las que estaban en Guatiré, Cola e´Peje, La Mina y La
Aguada, fuentes que han ido desapareciendo por deforestaciones al cambiar el
rubro café a ganadería, por el aumento de población y por la instalación de
sucesivos acueductos, siempre con provisión insuficiente (Tabla1). En la zona rural hay fuentes que generan corrientes de
agua para alimentar acueductos rurales y torrentes para consumo animal, que
forman parte de una hoya hidrográfica que llega al río Chama, pasando por los
desfiladeros donde hay minas de fosfatos y carbonatos que la prudencia hasta
ahora vista y puesta en práctica, ha evitado posibles catástrofes físicas y
humanas. Según datos
precipitación y temperatura obtenidos de
la estación climatológica de Chiguará, podemos reconocer que el balance hídrico
de este sector reporta un balance hídrico negativo con un coeficiente de
humedad anual de - 4.9, así como un comportamiento unimodal de con máximas que
superan ligeramente la evapotranspiración en los Octubre y Noviembre, los meses
restante del año tienen un
comportamiento hídrico negativo (Figuras
2 y 3).
Figura 2. Balance climatológico de la estación Chiguará, muestra un comportamiento unimodal con máximos ligeramente superiores a la evapotranspiración en los meses de Octubre y Noviembre. (Pp.; precipitación media anual en cm. y ETP; evapotranspiración en cm.)
La
disponibilidad de agua en los caudales del los ríos y quebradas está alimentada
solo por la capacidad de agua del suelo (reserva del suelo), y la posibilidad
de mantenimiento de agua en los humedales existentes en la cabeceras de las
microcuencas hidrográficas, debido a que los coeficiente positivos no logran
superar al 20% de la capacidad
de reserva de los suelos, durante todos los meses del año, en promedio.
Figura 3. Coeficiente de humedad para la zona de Chiguará, obtenido del balance hídrico, resulta con un valor medio anual de - 4.9.
Este comportamiento
hídrico interpreta un stress hídrico
durante todo el año, que se traduce en un incremento de consumo de agua para
las actividades agropecuarias de la zona, debido a la necesidad de mantener los
niveles de agua disponibles en el suelo para el laboreo agrícola y la actividad
ganadera. Adicionalmente, hay
escasez de agua por la deforestación y posiblemente por su infiltración, debido
a carcavamiento y cavernizaciones que se forman en terrenos calizos y
carbonatados, evento que aumentará la profundización del agua si se cortan los
declives y superficies por donde transcurren las corrientes de acuíferos.
TOTAL POBLACION TOTAL DEL MUNICIPIO
SUCRE: 56.136 HABS
CONSUMO DE AGUA PROMEDIO PER CAPITA: 250 LTS/DIA
CONSUMO ESTIMADO DE AGUA PARA EL
MUNICIPIO SUCRE: 14.034.000 LTS/DIARIO
CONSUMO APROXIMADO DE AGUA (%) DE LA
PARROQUIA CHIGUARA CON RESPECTO A L
MUNICIPIO
1.007.750
LTS/DIARIO (7.18%)
Como se puede observar en los datos de
población y las demandas de consumo de agua estimada para las poblaciones del
Municipio Sucre, se considera una demanda aproximada de catorce millones litros
/diarios, para satisfacer el consumo humano (no se contabiliza la demanda para
actividades agrícolas y ganaderas), de las cuales la parroquia Chiguará demanda
un 7,18% del total.
GEOMORFOLOGIA ACTIVA DE LA PARROQUIA CHIGUARA – MOVIMIENTOS DE MASA DEL
TERRENO
La identificación y
el análisis de los mecanismos que han dado origen a grandes movimientos de masa
Cuaternario en los Andes venezolanos no han recibido la suficiente atención por
parte de los investigadores, pese a la importancia que estos procesos tienen en
la determinación de los niveles de riesgo y su incidencia socioeconómica
(Ferrer, C. 1990a,b). El propósito inicial es hacer una revisión de los movimientos de
masa del terreno activos y potenciales de la Parroquia Chiguará, muchos de
ellos relacionados con eventos cosísmicos de la traza de la falla de Boconó, considerada
la más extensa y de mayor actividad tectónica
del occidente de Venezuela.
Tricart & Michel (1963)
en su estudio geomorfológico de la zona semiárida de Lagunillas de Urao, identifican
y analizan someramente el deslizamiento de González. Muy poco se conoce del
deslizamiento de Chiguará, excepto por una publicación de Ferrer, C. (1989b), y un informe técnico inédito, dirigido a
evaluar las condiciones de estabilidad de una vía que unía el poblado de
Chiguará con las ciudades de Mérida y El Vigía, la cual fue posteriormente
abandonada por encontrarse en la zona más activa del movimiento y sustituida
por otra carretera con mejores condiciones geotécnicas (Ferrer, C., 1989a).
DESLIZAMIENTO
ACTIVO DE LA VERTIENTE SUR DE LA
PARROQUIA CHIGUARA
El deslizamientos o desprendimiento de masa
lento de Chiguará, que abarca la zona de emplazamiento urbano de la población
de Chiguará y sectores aledaños, que miran hacia la subcuenca media del Río
Chama, se localizan sobre la traza de la
falla de Boconó (Ferrer, C., 1990a, b), ocupando uno de los extremos del contexto
tectónico de la cuenca de tracción de Las González (Figura 4). La cuenca de tracción (pull apart basin) de La González, previamente definida y
ampliamente estudiada por Schubert (1980; 1982; 1984) se ubica en una
‘curvatura de alivio’ en este segmento de la falla entre La González y Estanques,
donde se emplaza la Parroquia Chiguará (Figura
4). Las condiciones climáticas predominantes en esta área son marcadamente
semiáridas, las precipitaciones son inferiores a los 558 mm/año y se concentran
en tan sólo dos meses mayo – octubre (30%), ello determina el desarrollo de una
vegetación semi-xerofítica. En el deslizamiento de Chiguará existe una
microzonificación climática muy interesante, ya que varía de condiciones secas
en la base a muy húmedas en la corona, un marcado cambio en tan solo 3,75 km –
marcada por el efecto foehn, control
climático provocado por el efecto de las barreras montañosas y la circulación
de los vientos.
Figura 4. Esquema
geológico regional de la cuenca de Las Gonzales, donde se ubica el proyecto. 1:
Precámbrico; 2: Paleozoico (Asociación Tostos) rodea la zona del proyecto. 3:
Mesozoico. 4: Zona de rocas tectonizadas. 5: Relleno de sedimentos
cuaternarios. 6: Traza de fallas de Boconó. 7: Facetas triangulares. Modificado de Schubert, 1982.
El deslizamiento de
Chiguará presenta una orientación norte-sur, con una longitud de 3,7 km por
1,47 km de ancho (Figura 5). El
material deslizado está constituido por una amplia gama de rocas sedimentarias
pertenecientes al Mesozoico, al noreste aflora una secuencia de esquistos
cloríticos correspondiente a la Asociación Tostos (Paleozoico Inferior) (Figura 4). De acuerdo a sus
características morfológicas en este movimiento de masa parecen haberse
producido dos eventos según Ferrer, C (1990b): en una primera etapa, un desplazamiento de traslación inducido por
una alta alimentación de agua subterránea proveniente del sector ocupado por la
corona, ello lubricó el material rocoso infrayacente y generó de una manera relativamente
rápida el movimiento inicial. Un segundo evento, relacionado directa o
indirectamente por el plano de la falla
geológica (o planos, ya que parecen haber varias pequeñas fallas implicadas),
provocó el deslizamiento en sentido rotacional de un gran bloque en la base.
Movimientos posteriores se relacionan con el proceso de socavamiento acelerado
por parte del río Chama, actividad esta que no tiene mayor influencia en la
totalidad de la masa deslizada. El deslizamiento de Chiguará es un movimiento
muy activo, concentrándose las mayores tasas de desplazamiento en la sección
media y en la base, por lo que a mediano plazo pudiera verse afectado el
poblado de Chiguará.
Figura 5. Interpretación geomorfológica general de la zona de Chiguará – vertiente que mira hacia la subcuenca media del río Chama y la zona de Bella Vista – Quizná, - vertiente que mira hacia el Sur del Lago de Maracaibo
Figura 5. Interpretación geomorfológica general de la zona de Chiguará – vertiente que mira hacia la subcuenca media del río Chama y la zona de Bella Vista – Quizná, - vertiente que mira hacia el Sur del Lago de Maracaibo
DESLIZAMIENTO
ACTIVO DE LA VERTIENTE NORTE DE LA
PARROQUIA CHIGUARA
Los deslizamientos
observados hacia la zona de Bella – Quizná – El Guamo, corresponden con
movimientos de masa lentos de tipo reptación – solifluxión, donde se reconocen
abundantes geoformas de colinas
alineadas, orientadas en sentido de la pendiente (Figura 5), así como
cicatrices de desprendimientos traslacionales múltiples retrogradantes, que se
inician en la zona de socavamiento lateral que genera el río Chama en los
afloramientos rocosos de las zonas bajas del sector Bella Vista – Quizná, Se
interpreta que la remoción de material rocoso de la zona alta, incrementa la
exposición de estas rocas a los efectos de la meteorización (precipitación –
temperatura) y generaría un incremento de la sedimentación y la evolución de
movimientos de masa lentos a violentos tipo deslizamientos rotacionales –
traslacionales y flujos de detritos. La estimación de tasa de erosión (RUSLE)
de la microcuenca es 0.1 a 0.5
Tn/Ha/año., se considera intermedia, sin embargo este valor se incrementa al
modificar la cobertura vegetal y exponer el suelo a los efectos de
intemperismo.
Los deslizamientos de
Chiguará y Bella Vista – Quizná - El Guamo, son explicados por la influencia
tectónica (falla de Boconó – fallas geológicas locales) y litológica de tipo
sedimentario estratificado (calizas/lutitas), explica la cinemática del desplazamiento (Figura 6), el cual se ha venido acelerando
tanto por influencias sísmicas como por las condiciones especialmente húmedas
de las vertientes que conforman su área de despegue (corona de deslizamientos).
Como ha sido señalado con anterioridad, el estudio de las relaciones entre los movimientos
de masa y sus condiciones físicas, así como la definición de sus límites
críticos o niveles de susceptibilidad, encuentran su principal aplicación en el
campo de la planificación física. La
reactivación de estos deslizamientos y especialmente los deslizamientos que
existen hacia la vertiente de Bella Vista – Quizná – El Guamo, productos del
rompimiento del frágil equilibrio geo-ecològico de sus microcuencas
hidrográficas, pueden llegar a interrumpir la conexión vial entre Mérida – El
Vigía, en la localidad del Túnel de Santa Teresa – El Caracol – La Trujillana, mientras que el deslizamiento existente en el
poblado de Chiguará, amenaza una población aproximada de 7.800 habitantes (INE,
2010). Estas situaciones pueden verse agravadas en el caso de la ocurrencia de
un evento natural extremo (sismo, lluvias excepcionales, etc.), lo que subraya
la importancia de una evaluación científicamente orientada en el estudio de estos
grandes movimientos de masa y a la protección ambiental de las nacientes de las
cuencas hidrográficas que conforman esta Parroquia del Municipio Sucre del
estado Mérida.
SISTEMA VIAL
AFECTADO POR EL DESLIZAMIENTO DE MASA DE LA VERTIENTE NORTE DE LA PARROQUIA
CHIGUARÁ: AUTOPISTA “RAFAEL CALDERA”
El desarrollo de la infraestructura vial que comunica
la ciudad de Mérida con los centros poblados de El Vigía – Chiguará y áreas
adyacentes, se inicia en 1929 con la construcción del ramal carretera que une
a El Vigía con La Palmita - La Victoria (tramo importante de
la carretera Trasandina), ello permitiría una mejor
vinculación del territorio montañoso de Mérida (capital) y zonas aledañas con
El Vigía. Posteriormente en el año 1949, comienza a llegar a El Vigía, algunas
compañías constructoras que laborarían en la carretera Panamericana,
tales trabajos contribuyeron con el crecimiento de la población, ya para el año 1952,
se construye el tramo de la carretera Panamericana; San Cristóbal – El Vigía y el tramo de la carretera hacia Santa Bárbara del Zulia, posteriormente, bajo la
administración del Presidente de la República Marcos Pérez Jiménez, se inicia la construcción del
puente sobre el Río Chama (1954) el cual serviría de enlace de la carretera
Panamericana con El
Vigía.
Figura 6. Zona de pendientes de las zonas de desprendimiento de sector Bella Vista – Quizná – El Guamo. En su totalidad la pendiente supera los 20%, critica para los deslizamientos de masa de rocas de composición arcillosa. Este material desprendido llega al borde derecho del río Chama, un desprendimiento masivo, produce represamiento del río Chama y por ende destrucción parcial o total de la autopista Rafael Caldera, en el sector Santa Teresa – El Caracol – La Trujillana. Imagen Google, 2015
Visto el progreso y el acelerado desarrollo de la
economía en la zona, es cuando el entonces presidente de Venezuela Marcos Pérez Jiménez, anuncia la construcción de una
carretera que conectará a las ciudades de El Vigía y Mérida.
Tal proyecto se inicia en el año 1973, durante la Administración del Dr. Rafael
Caldera. Sin embargo la ejecución completa de dicha obra tardaría 24 años, y
seria en 1997 durante la segunda gestión presidencial del Dr. Rafael Caldera, que se culmina la obra vial. La Carretera
“Dr. Rafael Caldera”
o Carretera Mérida - El Vigía, es
una infraestructura vial intermunicipal del estado Mérida, construida con características de
"Supercarretera", no de autopista. Forma parte de la denominada Local
007, la cual a su vez, constituye un tramo importante de la
denominada carretera Trasandina, que permite una conexión rápida
entre las ciudades de El Vigía y Mérida. Es una carretera enclavada en la
geografía de los Andes Venezolanos, tiene una dimensión que enlaza a
la Av. Rotaria de la Ciudad de El Vigía, Municipio
Alberto Adriani, con los previos del Municipio Campo Elías, conectándose con la Av. Centenario de la Ciudad de Ejido, perteneciente al Área Metropolitana de Mérida, en un tramo de un poco más de 60 km de
distancia, la cual permite la comunicación entre estas dos (2) importantes
localidades merideñas en un tiempo promedio de 35-40 minutos a una velocidad
promedio de 100km/h, así como la interconexión entre las poblaciones, que
desde su extremo Sur hasta el extremo
Norte, son; El Vigía, entrada a la Palmita, Sistema de
Túneles : Santa Teresa – Cañabrava
– Estanques, Distribuidor de Estanques, Entrada
a Chiguará, Llano El Anís, Los Araques, Puente Viejo, Entrada a Pueblo
Nuevo del Sur de Mérida, Lagunillas, San Juan de Lagunillas, Villa
Libertad, Las Gonzales, Los Guáimaros, Los Higuerones (entrada a la Av.
Centenario de Ejido).
La vía local 007 está constituido por
una serie de cuatro (4) túneles: Estanques, Cañabrava, Mocotíes y Santa Teresa;
agrupando luego con el revestimiento definitivo los últimos dos en uno solo,
mediante la construcción de un falso túnel que cubrió la marcada incisión
topográfico-natural que los separaba. El
túnel Estanques, con un ancho neto de 9,4 metros y 1.484 metros de largo. El túnel Cañabrava, con 14,2 metros de
ancho (dos canales en subida y uno en bajada, para salvar una muy fuerte
pendiente del orden del 8%, con largo de 538 metros y los túneles Mocotíes - Santa Teresa, con 1.662 y 1.548 metros de
longitud, con anchos 9,4 metros, respectivamente. El macizo rocoso en que se excavaron los
túneles centrales son graníticos poco fracturados, mientras que los ubicados más hacia la ciudad de El
Vigía (Santa Teresa) fueron excavados
en formaciones geológicas sedimentarias,
pero esta vez con franco predominio de las lutitas sobre las areniscas, lo cual
requieren de una mayor protección y conservación vial tanto de las carpetas de
rodamiento como de sus taludes de corte y las zonas de socavamiento que produce
el río Chama y quebradas afluentes a este colector principal. Este último tramo
estaría sometido a fuerte presión por la carga de sedimentos provenientes de
las zonas altas de la vertiente norte de la Parroquia Chiguará, por lo cual
sería parcial o totalmente destruido por el efecto de represamiento provocado
por la sobrecarga de sedimentos sobre el río Chama.Los efectos del desplazamiento de terreno de la vertiente
norte de la parroquia Chiguará sobre el margen derecho del río Chama en la
sección del túnel Santa Teresa (UTM215774E/ 940898N/ 268msnm) – El Caracol
(215930E/ 943780N/ 238msnm) de la carretera Mérida – El Vigía (Troncal 007),
pueden observarse en la Figura 7, que a una tasa de erosión estimada actual de
0.1 a 0.5 Tn/Hec/año, permite producir variaciones en la geometría original del
canal de río Chama, incrementando la presión sobre la base de la carretera
Mérida – El Vigía, la cual provoca erosión por socavamiento basal e inestabilidad
de la calzada vial por fallamientos de bordes e inestabilidad geológica del
terreno que sustenta la vía, así como
por un eventual represamiento de la sección del río Chama entre Santa Teresa
– El Caracol, debido a sobresaturación de masa de terreno sobre el canal
fluvial.
Figura 7. Desplazamiento relativo del movimiento de masa del terreno en la margen derecha del río Chama en el sector Santa Teresa – El Caracol. Carretera Mérida – El Vigía- Troncal 007.
Se recomienda desde el puntos de
vista de la evaluación geológico-geomorfológica de estas vertientes, proponer
una cota altitudinal de conservación, recuperación de cobertura vegetal y
protección de nacientes de microcuencas altas,
a partir de las zonas de bifurcación de drenajes de segundo (2) orden
fluvial, a través de un proyecto de ordenación del territorio y la puesta en
marcha de ordenanzas sobre protección y conservación de subcuencas
hidrográficas altas para garantizar el recurso agua y mitigar los mecanismos
geomorfológicos destructivos del terreno.
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